Encantamiento (El Nuevo Empleo de Nuria).
Capitulo I
¿Quién es Nuria? Nuria es una chica de piel blanca, muy blanca, cabello cortito y rubio, enormes ojos verdes, es de facciones bonitas, delicadas y finas, casi infantiles, parece ser una colegiala virgen y no una señora divorciada de 21 años, ya que aparenta tener menos de 18.
Mi casa es un pequeño departamento rentado, en la periferia de la gran ciudad, no es grande, pero es lo bastante cómodo para una chica sola y divorciada, “la culpa la tendré yo”, pienso mientras aviento mi bolsa donde caiga y me dirijo a la recamará, “mira qué locura de casarme tan joven”, y era cierto, siendo una típica chica de provincia, mi vida fue trastocada por un muchacho mayor, en aquel entonces cursaba el quinto semestre de Preparatoria, y tenía tan solo 17 primaveras, el tenía 24, acababa de terminar la facultad de leyes, era brillante y tenía un gran futuro por delante.
A mi gusto era guapo, alto, moreno, de cuerpo marcado, y delgado, lampiño por completo, y de ojos color miel, cabello negro y ensortijado y solía hacerme reír bastante, nuestro noviazgo iba viento en popa, el era cariñoso, detallista y de carácter dulce, ya teníamos 6 meses de salir juntos, cuando a él, le propusieron una buena oferta de trabajo en la capital del País, bastante lejos de nuestro pequeño pueblo, el me lo conto todo una tarde lluviosa de Julio, ya acababa de terminar el quinto semestre, y solo me faltaba uno más, al terminar tenía pensado en estudiar turismo, ganar buen dinero e irme de aquel somnoliento lugar.
Mi ascenso laboral consiste en ser traslada a otra dependencia de la compañía, para ocupar el puesto de asistente de la Señora Sofía Villaluz, la accionaria más importante de la empresa, una poderosa mujer de negocios, muy inteligente, hábil y astuta, de unos 42-47 años, a quien solo, había visto una vez, por los pasillos de la empresa, es alta, con un cuerpo muy bien conservado, todo firme y bien puesto en su lugar, que le daba una apariencia de 35 años, quizá menos, piel blanca, cabello castaño, siempre impecable y primorosamente peinado, ojos azules, mirada fría y despectiva, unos senos duros y grandes, que le hacían un juego perfecto, con ese par de nalgas de campeonato, que aún se cargaba, redondas, duras y paraditas, esto debido a las múltiples sesiones en el Gym y en el Spa, lujos que solo una señora tan rica, como ella, podía darse.
De ella se contaba cosas alucinantes sobre su legendario mal carácter, era opresiva, perfeccionista, altanera, soberbia y sumamente especial, yo no sabía si era un ascenso o la forma más elegante, que tenía la empresa de despedirme, pues ningún asistente de la Señora Sofía había durado más de las tres semanas de prueba a las que ella, sometía a todos sus candidatos; yo me había propuesto a toda costa sobrevivir el fracaso, así me tocara comer la mierda misma de esta malvada mujer, pues el sueldo sería magnífico, y necesitaba mucho de mi trabajo.
Ya en la ducha, con el agua de la regadera recorriendo mi cuerpo, comienzo a enjabonarme las piernas, acariciándolas suave y lentamente, voy rozando mis muslos con la esponja enjabonada, subiendo lentamente a mi cálida entrepierna, sintiendo mi carnoso pubis, frotando mis labios vaginales, hago una pausa, pongo mas jabón y subo, paso de mi raja limpiando mi abdomen, frotando mis senos turgentes, que reaccionan al contacto del agua caliente, estiro un poco mis pezones, me gusta sentirlos erectos, palpo mis melones, disfrutando de mi embeleso, aplico un poco de Champú en mi cabello y me limpio el rostro con jabón, mientras extasiada, dejo que el chorro de agua recorra mi cuerpo, que el agua caiga tranquilamente por mi cuerpo, pero especialmente por mi cachonda raja.
En el baño bajo la refrescante ducha, las gotas de agua recorren su piel formando bellos diseños por las curvas de su cuerpo, sus manos lentamente van tomando vida propia....... sensualmente empiezan a acariciar su hermoso y curvilíneo cuerpo; Nuria se pierde del mundo y se traslada a una dimensión superior, llena de placer onírico, acaricia de nuevo sus senos, apretándolos, jalando sus pezones, mientras ambas manos se deslizan hacia abajo, provocando cosquillas al pasar por su abdomen y descargas eléctricas al sentir su abultado pubis, reclina la cabeza, le fascina contemplar su feminidad, su pubis perfectamente depilado, con la palma extendida frota su monte de Venus, sintiendo ese rico cosquilleo, que le produce la electricidad de ese placer tan intimo, de ese pequeño ritual de placer, cada vez ejerciendo mayor presión y en movimientos circulares, con un dedo, entreabre los labios de su vagina, son hermosos, amplios y gruesos, descubriendo un coño grande, y jugoso, de hembra apasionada.
Separo y jalo los labios de mi raja, en su estado normal, pueden tener hasta 2 cm salidos de mi cueva de lo grande, excitada y jalándolos pueden alcanzar un mucho más, con dos dedos sobo mi raja, sin penetrarme, mientras con la otra mano, recorro mis voluptuosas caderas, llegando a mis nalgas, me doy unas cuantas nalgadas suaves, mientras, que mi dedo medio, no ha perdido oportunidad a mis distracciones y ha comenzado a introducirse en mi húmeda cavidad, lo saco de repente, no puedo ni debo perderme al placer de acariciarme, de llenarme de un frenesí de lujuria, de masturbarme hasta liberar mis tensiones, pero hoy, eso no será, debo volver a la oficina.
En mi habitación, aplico crema humectante a todo mi cuerpo, con una ligera fragancia de rosas, luego cubro mi desnudez, con un tanga, blanco, semitransparente por delante, muy, muy coqueto y sexy, quiero lucir súper, aunque claro, mi nueva jefa no verá esa prenda, a mi me da seguridad y me hace sentir muy especial, arriba un Bra, liso de algodón y de color blanco también, me da un realce perfecto a mis senos, me siento en la cama para poderme poner un liguero de color negro y su juego de medias, color negro, transparentes, que me ciño a medio muslo, ya en lencería, regreso de pie al espejo, me agrada lo que veo, pongo perfume de frutas en partes estratégicas de mi cuerpo, unos aretes de perla en mis orejas, y sonriente me dirijo al closet, para completar mi vestuario.
Llegamos a un enorme Escritorio en “C” de caoba, donde una computadora de última generación nos daba la bienvenida en su lado frontal, su enorme pantalla LCD se encontraba apagada, me detuve a observar la elegante silla de piel de color negro, que se me antojaba tan mullida y confortable, 4 líneas de teléfono y un conmutador descansaban en otro de los costados del escritorio, y finalmente un aparato multiusos (Escáner, Fax, Impresora, copiadora, estaba acomodado en el otro, frente a este monstruoso, caro y fino mueble, había una sala de tres piezas, también forrada en piel negra, una imponente mesa de centro de cristal y aluminio, enormes macetas con plantas exóticas en los 4 costados, en uno un dispensador de agua y del otro una Cafetera automática italiana, que incluso servía para preparas Cappuccino y Expresso.
-Veo que estas impresionada Nuria, esto es solo el recibidor de la Lic. Villaluz, ese seria tu escritorio como su asistente, ahora toquemos la puerta, veamos si ella está adentro esperándonos-, termino de decir Beatriz.
Entramos por la puerta derecha atrás del escritorio, casi me quedo sin aliento, el lugar era de ensueño, como solo lo había visto en fotos o en películas, el sitio era aún más grande que el recibidor, ocupaba la mitad del lado derecho del edificio, deduje que entre recibidor y su oficina, la Lic. Villaluz ocupaba el 70% del piso, dejándole solo un 30% al Gerente General, el piso todo cubierto de mármol de Carrara, así como algunas esculturas del mismo material para adornar el lugar, un esplendido sofá y sillón de la piel más cara y mullida daban la bienvenida una vez se ingresaba al lugar, de frente una esplendida vista, pues solo había cristal, recorriendo un poco más hacia el fondo, otra sala de piel, con huecos para poner charolitas de comida y vasos, daban pie a una pared en la cual una pantalla de 80 pulgadas dominaba la vista, y un equipo de sonido THX le servirían como centro de entretenimiento, mas al fondo enmarcada por tres costados, las paredes forradas de madera, un imponente escritorio de Ébano, reluciente, la silla de ella del mismo material, pero con partes en piel, y una silla mas del mismo material, pero sin recubrimientos de cuero en frente al escritorio, hacían un juego perfecto, una computadora aún más grande e impresionante y dos puertas mas al fondo completaban el lugar, cuadros muy bellos adornaban el lugar, así como humidificadores estratégicamente escondidos purificaban el ambiente y soltaban fragancias frutales de vez en cuando, sin embargo, la Lic. Villaluz, no se encontraba presente, decidimos esperarla sentados en la sala de espera que tenia dentro de su oficina.
Me levanto como un resorte, frente a mí, la importante señora que se convertirá en mi nueva jefa,
-Si Licenciada, yo..Solo, Eh, vera, ..No quería molestar..-
Balbuceó muy apenada, Sin siquiera mirarme al rostro, o esperar mi respuesta, continua caminando, dándome una nueva orden con su potente voz,
-El sitio es muy impresionante y…realmente…muy acogedor y cómodo Licenciada…-,
La Lic. Sofía me interrumpe,
-¡Nuria!-, ha llegado hasta su escritorio, se voltea frente a mí, y se sienta, sin siquiera verme.
–El trabajo que desempeñaras aquí en esta oficina, como mi asistente, será muy, pero muy exigente, no admito retrasos, excusas, ni fallas, trabajaras bajo mucha presión, espero que des la talla-, termina de decirme, y con un gesto de su mano, me invita a sentarme.
-Eh,…Si..Claro yo…-, Balbuceo de nuevo, me interrumpe de nuevo,
-Respóndeme entonces, ¿Todavía estas interesada en el trabajo Nuria?, es la última oportunidad que te daré, puedes regresar con Gutiérrez o aceptar el reto y crecer laboralmente, ¿Qué dices?-,
-Claro que acepto el puesto Licenciada, daré lo mejor de mi cada día, le aseguro que me vera en su oficina por mucho más tiempo que tres semanas,-,
Termino de hablar sorprendida de mi misma, por tal demostración de confianza, ella, suaviza su semblante, aprecio un rostro maduro, pero aún sin arrugas, una nariz recta, unos labios carnosos, pintados de rojo, unos ojos azules muy expresivos, enormes abanicos que tiene por pestañas, arqueándome una ceja y formándosele un precioso hoyuelo en la mejilla, al hacer este gesto me comenta, con un tono más dulce,
-Así me gusta muchacha, decisión, confianza, compromiso y coraje, Ve con Beatriz a firmar tu nuevo contrato-, diciendo esto, abre unos documentos que saca de un cajón de su escritorio, no habla más y da por terminada la entrevista.
-Adelante Nuria, pasa, acaba de llamarme la Lic. Villaluz, te felicito, es una mujer dura y la has convencido, serás su asistente a partir del Lunes, aquí está tu contrato, léelo primero, para saber tus nuevas condiciones laborales, fírmalo y es todo, puedes retirarte el día de hoy-, me dijo en un tono muy amable, me siento en su escritorio, que ahora se me hace pequeño, y me dispongo a leer mi nuevo contrato.
El fin de semana se me paso volando, el Lunes me levante de madrugada, me bañe y me arregle lo mejor que pude, quería lucir muy bien en mi primer día de trabajo al lado de la Lic. Villaluz, me puse unas zapatillas de piel color negro, sin medias, un pantalón de vestir, color gris clarito, muy formal, elegante y a la vez sexy, pues me quedaba muy ajustado, debido al volumen de mis nalgas, para que no se notara mi ropa interior con algo así de untado a mi cuerpo, me puse un tanga de hilo dental, de algodón, liso color rosita, arriba una blusa de licra color rosa mexicano, la cual parecía, que fuera a reventar debido a lo enorme de mi busto, pero me hacía ver muy guapa, finalmente el saco que hacia juego con el pantalón, me maquille en tonos rosados, mis labios de rojo cereza, el perfume más caro que tenia y Salí muy temprano de casa rumbo al trabajo.
A las 7:20 de la mañana, me encontraba en mi nuevo escritorio, poniendo algunas cosas personales mías, arreglándolo un poco y llamando a los de sistemas, para que me asignaran, el flamante nuevo equipo high Tech que sería para mi, después de que el de redes libero mi contraseña y accesos necesarios a mi nuevo puesto, me dispuse a preparar café, tenía preparada una humeante y aromática taza de café, cuando la Lic. Villaluz entro al cuarto para las 8:00,
-Buenos días-, contesto rápidamente, sin dirigirme ni una mirada,
-¿Me has preparado café?, llévalo a mi escritorio-, agrego mientras entraba a su oficina.
Mi jefa venia muy guapa el día de hoy, un vestido que le quedaba pintado, de color azul, de diseñador, zapatos y bolsa del mismo tono, una mascada blanca en su cuello, como siempre, muy bien peinada, todo un imán para las miradas masculinas.
La verdad, solo había preparado café para mí, pero no estaba dispuesta a hacerla esperar, así que le llevaría el que me había hecho, cogiendo un par de galletas de alta repostería que había en un cajón, entre a su oficina, con paso seguro llegue a su escritorio, coloque dos servilletas, un plato, la taza de café y el par de galletas,
-Te sienta muy bien, siéntate en esa silla, la ocuparas cada vez que te llame, a menos que te indique lo contrario, voy a darte un repaso rápido, de tus nuevas tareas y obligaciones, como mi asistente-, acto seguido, saco de un cajón, una fina carpeta de piel, varias plumas de metal que se notaban caras, un teléfono móvil, y una agenda electrónica,
-Muy bien Nuria, eso es todo, irán saliendo más dudas y preguntas con el tiempo, en plena marcha, no te guardes ninguna, ahora puedes retirarte-, me comento, me levante, di media vuelta y me dispuse a abandonar la oficina,
Me ordeno más que sugerirme, me extrañe un poco aquello pero obedecí de inmediato, ella dejo los papeles que tenía en la mano, se volteo para mirarme, me contemplo, mientras me daba la vuelta, al terminar, tímidamente le pregunte,
-¿Hay algo malo en mi vestuario?-,
-Mira Nuria, generalmente exijo siempre falda, o vestido a mis asistentes, en tu caso, luces muy bien el pantalón, siempre y cuando sean como este que llevas puesto, hare la excepción contigo, puedes ir a comer-, suspirando aliviada, me di media vuelta de nuevo y me dispuse a salir, no había dado ni un paso, cuando la Licenciada me había plantado una sonora y fuerte nalgada en mi redondo trasero, apenada y sin decir nada al respecto, Salí de su oficina.
-Dime Nuria, ¿Eres casada, soltera, divorciada, viuda, hijos, etc.?-, le explique mis circunstancias con franqueza, se quedo unos minutos en silencio, finalmente agrego,
-Muy bien, entonces no tienes ningún distractor, ni nada que te impida cubrir horas extras cuando así se requiera, como te lo comente hay mucho que hacer aquí-, me apresure a responder,
-No se preocupe Licenciada, estoy dispuesta a servirle en todo lo que requiera-,
-¿En todo Nuria?- me mira inquisitiva arqueando una ceja,
-En todo Licenciada, no tendrá queja de mí- le respondo.
Ella se levanta, camina despacio hacia mí, midiendo sus alcances, su posición, a mi lado, se agacha, pega su rostro al mío y me susurra,
-Espero no tener queja de ti niña, y sí, claro que vas a complacerme en todo-, terminando de decir esto, se levanta y regresa a su escritorio,
-Eso es todo Nuria, puedes retirarte, ha sido todo por hoy-.
Me levanto, salgo torpemente, su actitud me ha puesto a pensar mil cosas, ¿A que se referirá mi jefa?, ¿Qué pretende?, extrañamente no me disgustaba del todo la situación, es más, creo que me fascinaba pensar en que podría desviarse todo esto, yo ya admiraba a esa poderosa mujer, y vaya que había que reconocerle lo guapa que estaba, además con todo su poder y dinero no iba a posar sus ojos en mí, no había peligro, ni de qué preocuparse, debía de tratarse de una forma de intimidación, para ver mi resistencia, amén de tener muy claro en mi cabeza mi condición de hetero, con esa idea me fui a mi casa, me acosté inmediatamente, y caí rendida a los brazos de Morfeo, ya mañana…mañana seria otro día.
Encantamiento
Capítulo II
-Nuria, corre nena, te necesito en mi oficina-, sonó tranquila, la potente voz de mi jefa llamándome,
Era un soleado día jueves, solo un día más y había logrado sobrevivir las tres semanas a prueba, a las que estaba sometida, finalmente después de mucho trabajo, dedicación y paciencia, obtendría el premio a mi constancia, un flamante y jugoso contrato por un año como Asistente Ejecutiva, de la accionista principal, gerente general de relaciones y publicidad de la compañía para la cual trabajaba, ya desde hacía un tiempo, antes de abrir la enorme puerta de Caoba, revise mi atuendo y apariencia, como siempre debía lucir impecable, cosa que mi nueva jefa valoraba y mucho, traía puestos unas zapatillas de piel, de un altísimo tacón de aguja, de un llamativo color rojo encendido, que me daban varios centímetros más de altura, una medias trasparentes de licra en color blanco, una mini falda de color azul marino, un cinturón de piel rojo, una blusa blanca ejecutiva, que no dejaba transparentar mi sostén de encaje de color blanco, anudada una mascada roja al cuello, finalmente un saco azul marino que lucía en conjunto con la mini, comprobado que todo estuviera en su lugar y en orden, abrí la puerta de la oficina de mi jefa
En su enorme y mullido sillón de su escritorio, me esperaba sentada mi exigente Jefa, si bien, nuestro trato, había mejorado con el pasar de los día, no podíamos decir que este fuera fraternal o de amistad, era simplemente cordial, la mayoría de las veces déspota, otras sarcástica, pero me iba acostumbrando poco a poco a su forma de ser, suspire tranquila al ver la expresión de su rostro, era amable, tranquila, podría decir que hasta amistosa, me sentí muy bien conmigo misma, quería decir que le gustaba mi trabajo o al menos se estaba acostumbrando a mi presencia.
Estuve varias horas en la oficina de la Licenciada Villaluz, revisamos pendientes, citas, juntas y próximas reuniones, después de eso me encargo trabajo como para una semana entera, con la salvedad de que era para ayer,
-Alguien tan eficiente como tu Nuria, no tendrá dificultad con esos pequeños encargos, ¿O me equivoco jovencita?-, me dijo ella, mientras arqueaba una ceja y me miraba con una mirada burlona,
-Por supuesto que no Licenciada, estoy acostumbrada a trabajar bajo presión, todo estará listo para hoy en la tarde- le dije pacientemente, odiaba cuando me hablaba en ese tono, cuando se portaba tan abusiva conmigo, cuando me explotaba, pero era mi jefa y yo, yo, yo realmente anhelaba quedarme con el puesto de su asistente.
-No esperaba menos de ti Nuria, bueno, voy de Salida, no regresare a la oficina el día de hoy-, Me dijo la Licenciada, al mismo tiempo que se ponía de pie, y se ponía un saco sport,
-Te encargas de mis llamadas y demás, hasta luego-, continuo sin voltear a verme, mientras me tomaba de la mano y de esa forma, nos dirigimos hacia afuera de su oficina,
-Ahora ve a tu escritorio y apresúrate a terminar con tus obligaciones, me dejas todo sobre mi escritorio antes de marcharte, chiquilla-, concluyo mi jefa, dedicándome una sonrisa burlona, ya no vi la expresión de su mirada, pues cubrió sus preciosos ojos con unas elegantes gafas oscuras de diseñador y salía elegantemente hacia el ascensor.
La Licenciada Villaluz se dirigió a un elegante y caro Restaurante Francés, que por entonces era el sitio de moda en la ciudad, pidió una deliciosa ensalada mediterránea, acompañada de un aromático vino tinto, una charola de quesos con carnes frías y los disfruto lentamente sola en su mesa, dado su tan especial carácter no tenía muchas amistades, ni tampoco podía darse el lujo de disfrutar de aquellos ratos libres, como consecuencia de su importante posición en la empresa, disfrutar de una comida suculenta y en santa paz y tranquilidad, era un remanso para su atareado espíritu, llevaba mucho tiempo sin poderse dar esos gustos, sin embargo, las cosas habían cambiado desde la llegada de Nuria, si Nuria su nueva asistente, -Nuria- susurro dulcemente la licenciada, mientras aspiraba los vapores etílicos de aquel vino Francés.
Luego de aquel ritual que le llevo varias horas, se dirigió a su lujosa residencia, ubicada en el barrio más elegante de la ciudad, ya en su espaciosa habitación, decidió tomar un relajante baño en su enorme Jacuzzi, se desvistió lentamente, admirando su bien torneado cuerpo en los espejos que adornaban la habitación, entro al Jacuzzi, esparció aromas relajantes y exóticos, y se metió en el.
Había trascurrido más de media hora, pero para la Licenciada Sofía Villaluz, la necesidad de relajarse era algo vital; si no pensaba en algo diferente al trabajo se volvería loca, aunque últimamente algo, o mejor dicho, alguien más ocupaba sus pensamientos, acostada completamente en el agua, activo los remolinos que aliviaron sus tensiones y produjeron más burbujas, con solo su rostro sobresaliendo del agua, mirando hacia el techo, pensaba en Nuria, no podía entender como a pesar de todo, Nuria había podido aguantar semejante ritmo de trabajo, ella era la única que había sido capaz de soportar más de dos semanas y media, generalmente en este punto, las muchachas anteriores ya se habían dejado consumir por el estrés mas desquiciante y absoluto, lo que las llevaba a claudicar en su empeño por ser la asistenta de la poderosa Sofía.
Sofía había notado que desde la llegada de Nuria a su oficina; ella se había encontrado así misma pensando mas y mas en lo atractiva que resultaba ser su asistente Nuria, no solo en el aspecto físico, si no, por su carácter tan afable y cordial, Nuria era una chica muy dulce, a veces tierna, que no quitaba la sonrisa de su rostro,
pese al ambiente tan pesado que la misma tirana de Sofía le imprimía con su carácter, y con su ritmo brutal de trabajo. Nuria nunca parecía verse afectada por tan estruendosas jornadas de trabajo y abuso.
Esto hecho le llamo mucho la atención a Sofía, y a raíz de esto, ella misma empezó a soñar en someter a esa hermosa criatura; se imaginaba así misma doblegándola, y sometiéndola a su voluntad, Sofía le daba vueltas al asunto, cada vez con mayor frecuencia, y ya que era un hecho, el que Nuria se quedaría con el contrato por un año como su asistente, estaba decidida a tomar cartas en el asunto, Nuria había demostrado tener unos límites fuera de lo común, era hora de ver hasta dónde podía apretarle las tuercas, pensando en lo que vendría, su bello rostro adopto una sonrisa cargada de sarcasmo y malicia, la cual desapareció, cuando ella sumergió su cara en las burbujas.
¡Era Suyo!, simplemente no podía creerlo, el tan anhelado contrato y las jugosas ganancias económicas, eran todas suyas, Nuria había soportado las 3 semanas de prueba, a marchas forzadas, con un ritmo extenuante, bajo gritos y abusos por ratos, Nuria le había demostrado a aquella déspota, cruel y tiranizante Licenciada, que ella, podía alcanzar lo que se proponía, si bien no era un hecho oficial todavía, era cuestión de que el día transcurriera, para que la llamaran a Recursos humanos dándole la notica, Nuria no podía concentrarse bien en ese excitante momento, tamborileaba los dedos en el escritorio de Caoba, y zapateaba con su tacón a ratos, nerviosa, expectante.
-Nuria, te necesito de inmediato en mi oficina-, -¿Nuria?, apresúrate-, -¡Chiquilla, date prisa!-,
Se escucho desde adentro la potente voz de Sofía Villaluz, solo, hasta el tercer grito, Nuria salió de su ensoñación, presurosa, se levanto de su asiento y fue en pos de su jefa, Nuria lucia radiante, con unas zapatillas color rosa pastel, sin medias que cubrieran sus perfectamente torneadas, depiladas y bronceadas piernas, rosa pastel, el mismo color de la mini, minifalda que se le ceñía de tal forma a su cuerpo, dando la impresión, de que se reventaría de un momento a otro en su lucha por contener las exuberantes curvas de su trasero, una blusa de seda, blanca, y un saquito rosa también, le daban una apariencia muy sexy y tierna a la vez.
La Licenciada Sofía la esperaba adentro ceñuda,
-¿Dónde andas Mujer?-,
-Mil disculpas Licenciada, estaba atendiendo una llamada-, mintió en su respuesta Nuria,
-Ok, ok, como sea, ven acércate, hay que analizar algunos documentos-,
Respondió la Licenciada Villaluz y volcó su mirada en los papeles que estaban en su escritorio, pude contemplarla mientras caminaba hacia ella, llevaba su cabello, planchado, muy lacio y suelto, su maquillaje en tonos azules, contrastaban con su boca pintada de violeta, una elegante blusa roja con un generoso escote, a pesar de que se encontraba sentada, pude distinguir que lucía, una falda de piel color beige, medias trasparentes blancas y zapatillas rojas, cuando llegue al borde de su escritorio, sin mirarme, me extendió aquellos papeles y me dijo,
-Vamos niña, apresúrate, no tenemos todo el día, quiero que me leas estos documentos-, tome los papeles y me disponía a sentarme en la silla que estaba frente a ella, no bien hice el ademan de sentarme,
-…sentada en mis piernas-, recalco en un tono imperativo, que no daba pie a reclamo alguno.
Aquello no me lo esperaba, me quede pasmada por algunos segundos, sin saber que hacer o responder, finalmente ella levanto su cabeza, me miro fijamente, arqueo una ceja de su rostro y me pregunto,
-¿Algún problema Nuria?-, no sabía que responderle, estaba aterrada y asombrada a la vez, ¿Qué significaba esto?, finalmente ella bajo su cabeza y dijo en un tono helado,
-Lastima Nuria, creía que te interesaba el trabajo, ya que no quieres seguir mis órdenes, hablare a Recurso humanos solicitando tu finiquito, más como una muestra de mi Bondad, por última vez Nuria, o decides sentarte o no vuelves por aquí, Querida-.
Como sacudida por un relámpago y sin pensarlo dos veces, me acomode en las piernas de la Licenciada, un repentino sudor frio me recorrió nuca y espalda, haciéndome estremecer, aquella situación tan especial no me dio tiempo a pensar más, pues casi inmediatamente, mientras me encontraba en el regazo de mi jefa, sentí su cálido aliento muy cerca de mi oreja susurrándome,
-No esperaba menos de ti, ahora Nury lee esos documentos en voz alta y clara para mi, sin errores, ni interrupciones, ¿Entendiste nena?-
-Entendido Licenciada-, dije con un hilo de voz, tome los documentos con la mano derecha, mientras apoyaba la izquierda en mi muslo, como equilibrándome,
-Sujeta los papeles con ambas manos Nury-, volvió a ordenarme mi jefa, así lo hice y a pesar de la embarazosa y súper extraña situación en la que me encontraba, aclare mi garganta y comencé a leer, fuerte y claro, sin cometer errores, para poder de este modo, terminar lo más pronto con este asunto.
La Licenciada Villaluz no desaprovecho la ocasión, ahora que su asistente sujetaba con ambas manos los documentos, pudo poner su mano en la breve cintura de Nuria, sujetándola por el talle, mientras oía sin poner atención a lo que escuchaba, fue subiendo lentamente su mano izquierda, hasta posarla en el lugar que había dejado vacio la mano de Nuria.
Nuria carraspeo, pero haciendo acopio de toda su concentración, continuo leyéndole a su perversa jefa, tratando de no darle importancia al asunto, aquello alegro sobre manera a Sofía Villaluz, primero Nuria no intento siquiera objetar nada ante su primera amenaza, ahora, mientras ella comenzaba a acariciar su bronceada, suave y torneada pierna, pretendía fingir que no pasaba nada, que era una situación de lo más normal, un nuevo instinto se avivo en el interior de Sofía, de repente se sintió con el derecho de acercarse a ella, se sintió libre de tocarla, de tomarla, someterla y hacer con Nuria su soberana y perversa voluntad.
No pude evitar estremecerme al contacto de aquella tersa, pero firme mano, recorriendo mi muslo izquierdo de arriba abajo hacia mi rodilla y de regreso, aparte de ser una muy extraña situación, también era muy morbosa, muy excitante, y yo tenía la sensibilidad a flor de piel, abierta con cada poro de mi piel, la mano derecha de mi jefa, acariciaba mi cintura, sus largos dedos, apretaban plácidamente mi vientre, resople, ¡Dios!, estaba transpirando, pero ya no presa del pánico, sino del placer y la lujuria que todo esto me producía, tengo que concentrarme, pensaba, no podía permitir que mi cachondez aflorara y mi jefa se diera cuenta, debía seguir leyendo.
La Licenciada debió percatarse de mi creciente turbación, que ya asomaba en lo colorado de mis mejillas, en vez de detenerse, continuo acariciándome las piernas, pues ahora intercalaba la izquierda con la derecha, después de un rato así, coloco su mano muy arriba, a escasos centímetros de mi abultado y perfectamente depilado pubis, yo hacía esfuerzos sobre humanos para no jadear, cuando de repente, se detuvo, dejo la mano quieta ahí por unos larguísimos minutos, para luego empezar a subirla, rozando mi vientre, yo sentía que no podría soportar más, tarde o temprano terminaría sucumbiendo ante sus caricias.
La Licenciada Villaluz era la hembra más feliz del mundo en aquel instante, su muy atractiva asistente se encontraba a su completa merced, sin siquiera emitir queja alguna, es más, parecía que estaba muy cachonda y lo estaba disfrutando, por su parte Sofía, comenzó a sentir un agradable calorcito crecer en su entrepierna, su corazón comenzó a latir muy fuerte, por fin, ahora sentir las redondeces y calidez de Nuria, la estimulaban mucho más allá de lo que le permitían sus sentidos, se encontraba sumergida en una vorágine de deseo, poder y seducción, mientras que Nuria se encontraba atada al placer y al encantamiento de la lujuria, de la pasión a flor de piel desbordada.
Aquella madura y guapa mujer, parecía perderse visualizando esas imágenes de poder, sensualidad, seducción, lujuria y placer que daban vueltas en su maquiavélica mente, eso la excitaba demasiado, al grado de poder tener un orgasmo con solo imaginarse a Nuria sometida a sus caprichos más perversos y eróticos.
Podía ver la mano de la Licenciada subir parsimoniosamente por mi vientre, hasta que esta rozo mis tetas, cielos, ¿Qué planeaba ahora hacerme mi jefa?, cerré los ojos unos segundos y seguí leyendo con la voz entre cortada por los jadeos y la emoción, ella empezó a desabotonarme el saquito rosa, luego que lo consiguió, me soltó de la cintura y con ambas manos lo deslizo fuera de mi cuerpo.
-Creo que así estarás más cómoda Nury querida, se siente un incremento de la temperatura por aquí, habrá que llamar luego a que reparen el aire acondicionado, ¿No crees?-, me dijo con malicia aquella atractiva y perversa mujer,
-Sss…si Licenciada-, le conteste balbuceando,
-No te detengas mujer, aun faltan varios documentos por leer nena-, me susurro al oído mi jefa, volvió a sujetarme de la cintura con la mano derecha, y con la izquierda, acaricio mi corta cabellera, deslizando mi mano por la nuca, y rozando con sus yemas de los dedos mis hombros y brazos desnudos, ya que mi blusa era de tirantitos, sentía cada vez más cerca su respiración en mi nuca, sus carnosos labios estaban a tan solo un par de centímetros de mi cuello, electricidad recorriendo mi piel, se me enchino toda la piel, sentía como mi femineidad comenzaba a mojarse, mi raja anhelante de sexo empezaba a ponerse muy húmeda.
De repente la Licenciada soltó mi hombro, hasta posar su mano de forma muy suave y delicada en mi seno izquierdo, sin apretarlo, con su palma perfectamente extendida, solo eso, puro contacto, me revolví incomoda y extasiada en ese instante, tratando de levantarme de su regazo, pero ella con mano firme, tomándome del estomago me atrajo aún más hacia ella, yo no proteste, solo agache mi cabeza, sumisa, en esta posición, podía ver mi como se asomaba mi pantie blanca de algodón por debajo de la mini minifalda, por detrás Sofía debía sentir el calor que manaba de mi entrepierna, ya que tan breve prenda le daba contacto directo a sus piernas con mi ropa interior.
Sofía me libero de su abrazo, solo para subir su mano derecha a mi otro seno, me tenia sujeta con ambas manos en mis tetas y mi culo en sus piernas, ahora si notaba, su húmeda y rasposa lengua recorrer mi cuello, de mis orejas hasta los hombros, besándome la nuca de vez en cuando, mientras magreaba con más pasión, mas salvajemente, mis enormes tetas, en una de esas, cuando me jalaba ambos pezones por arriba de la ropa, no pude mas, apreté mis labios y dientes con fuerza conteniendo el grito que luchaba por salir de mi garganta, mientras un largo orgasmo me hacia estremecerme, pero esta vez no quería liberarme de ella, por el contrario, junte mi suculento trasero lo mas que pude a sus piernas.
Sofía olfateo el aroma del néctar de Nuria, le encanto aquel olor picante, penetrante, para nada desagradable de aquella chica divorciada y muy caliente, Nuria no hacia ningún movimiento, ni comentario, producto de la vergüenza que sentía, -Muy bien Nury- le susurro al oído,
-Buenas tardes Licenciada, dígame en que puedo ayudarla-, respondió Beatriz Zaldívar, con el tono más servicial y complaciente que tenía.
-Claro Licenciada, como ordene, estará listo en unos minutos-, respondió presurosa Beatriz Zaldívar,
-Ya has escuchado mujer, levántate y dirígete con Beatriz, puedes tomarte el resto del día libre, Felicidades chiquilla, el puesto es tuyo-, me dijo en el tono más sarcástico y burlón que le conocía, me levante lentamente, no quise voltear a verla, pues me sentía muy avergonzada por haberla dejado hecha un desastre, por haber ensuciado sus finas ropas, me aleje de su escritorio cabizbaja, contoneando mis caderas, tratando de volver al mundo real.
Sofía Villaluz contemplaba complacida, satisfecha y hasta divertida el redondo y perfecto culo de Nuria, le grito, justo en el momento, en que ella tocaba la perilla de la puerta , para abandonar su oficina, ,
-¡Nuria!-, la aludida se volteo lentamente, aun con timidez, hacia su jefa,
-Dígame Licenciada, ¿Se le ofrece algo más?- dijo pacientemente Nuria, Con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, conteniendo una carcajada y con toda la malicia en su mirada, Sofía Villaluz le respondió aventándole su saquito rosa, que había dejado en el piso,
-Bueno nena, creo que tendrás que taparte o cambiarte antes, no pretenderás pasearte así por los pasillos de la empresa-.
1 comentario:
Hay saltos muy raros al principio del texto. La gramática de cada párrafo está bien cuidada, pero no parece haber una secuencia lógica en la narración.
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